Te nombro con esta boca impía,
fragmentados acentos en ruegos obsoletos,
manos crucificadas por escarpias traidoras.
Desde la ceniza, te nombro,
testigo mudo de hogueras que calcinan madrugadas,
ciega de futuros, piel revestida de andrajos
en mi desheredada geografía.
en mi desheredada geografía.
Entre miedos y fragilidades, te nombro,
ahorcando el gemido del recuerdo,
la rabia latiendo en rompientes de mares,
sacrílegas tormentas derribando bahías.
Te nombro jurando no volver a nombrarte