Enséñame el compás de tu boca,
la cadencia de lujurias detonadas,
la curvatura placentera de tu lengua,
la siembra desbordada de tus caricias,
la cosecha del deseo,
la humedad de tu piel desnuda,
el acento en el gemido de tu entrega,
el sabor de tu sudor,
el color de tus hogueras,
el privilegio de tu embate,
el grado en que rebasas cada cima.
Enséñame, amor mío, y palpitaré con el ritmo que precisas.
2 comentarios:
enséñame, lo que no debo aprender
Gracias por detenerte dentro de mis palabras y hacerlas crecer con tus comentarios.
Un abrazo
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