martes, 26 de febrero de 2008

Despedida




Me despido de ti, amigo mío,
es mi latido soplo que se apaga;
perdí la fe en la vida y ya no hay soles
que abriguen el temblor de mis mañanas.

Mi andar es agonía en el camino,
destierran los guijarros a mi marcha
y el polvo es una tumba que encarcela
los pasos de la senda ya surcada.

No llores, pues el pacto se ha cumplido,
en ti perdurará nuestra esperanza,
aún subsiste el sueño que forjamos
cuando éramos futuro, verso y alas.

Te quedas, yo me marcho, esta partida
no admite a un jugador pedir revancha;
la vida es una sola y se precisa
amor, razón y fe en nuestra baraja.

Te digo adiós, sin miedo a que un ocaso
se lleve nuestra siembra de palabras,
florecerán un día no lejano
en surcos que requieren de tus aguas.

Es nuestra despedida, amigo mío,
ya es tarde, oscurece, ve, descansa,
preciso soledad, silencio y temple
para asumir que muero antes del alba.

6 comentarios:

Fernando dijo...

¡¡Que hermosura Pilar!!. Que bello poema romance, con sus versos de arte mayor. Es un delicioso y embriagador aroma para el alma. Una cadencia musical y armoniosa para el espíritu y desearía que fuese, de mi parte, un hiperbóreo y cálido beso, para las rosas del sur

RosaMaría dijo...

Conectadas de nuevo por las letras disfruto como siempre con tus poemas y escritos. Ambas estamos unidas con la misma sensibilidad. Buena poesía y generosas palabras para una separación. Precioso
Las casualidades no existen siempre por alguna "causa" nos encontramos. Un beso.
Además leo que mi amigazo Fer ha llegado hasta vos.
Gracias por el reencuentro.

Pilar dijo...

Gracias, Rosa María por tus palabras y gracias por saber estar con esa clama y armonía que vuelcas generosamente.

Un abrazo muy grande
:)

Pilar dijo...

Fernando:
No sé que decir; quizás un gracias de corazón baste para agradecer la benevolencia de tus palabras.

Un abrazo

"Canto y Vida" (Sandra Bandres) dijo...

Bella despedida, si bien todas son tristes...hay algo de dulzura en ese momento del adiós, porque aprendemos a soltar amarras, y podemos darnos cuenta de las fortalezas que almacenamos por dentro. Muy hermoso realmente. Aprovecho para agradecer tu visita por mi blog. Te seguiré leyendo. Un abrazo...

Pilar dijo...

Es verdad, hay cierta dulzura y además, una cuota necesaria de creer en el que se queda..
Gracias a ti por pasar.

Un abrazo fraterno